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De cómo con ingredientes básicos en la cocina podemos crear suculentos dulces.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Rosquitos de Semana Santa y dónde comer en Málaga


Hola a todos!  Tengo muchas cosas que contaros.  Y no sé bien por donde empezar.  Que sigo perdida, ya lo sabéis, no es novedad, y siento en el alma mi destierro, más de lo que vosotros creéis!

Novedades!!!  El viernes fui a una revisión a mi endocrino, y ya va todo mucho mejor, me ha reducido la dosis de pastillas, y he cogido algún peso, pero vamos, que todavía queda.  Lo importante es empezar a subir!!!

Otra novedad!  A mi novio se le murió el coche, ya era mayorcito, así que la semana pasada estrenó coche.  Después de un tiempo cogiendo coche prestado, ya nos daba libertad y menos apuro ir a "goler" por ahí.  Y fuimos a celebrarlo a cenar.  Era un sitio del que había oído escuchar y llevaba con ganas de ir  desde que empecé a salir formalmente con Juanmi, a partir de ahora lo llamaré cariñosamente "mi Kasparov", él y yo sabemos por qué, jejeje.  Que me voy por las ramas!  Fuimos a cenar a LA COCINA CHIPRIOTA, un restaurante griego, que no me decepcionó.  Se han desplazado a otro local, más grande y tranquilo.  La verdad es que es un lugar acogedor, limpio, el personal muy amable, la comida buenísima.  Un lugar fuera de lo convencional, pero en el que te sientes como en casa.  Pedimos un menú degustación de 20 platos, a compartir, primero vinieron los fríos, después los calientes, también entra un postre.  Platos muy peculiares, conocidos y no muy conocidos.  Yo destacaría una especie de paté rosado, hecho a base de huevas de bacalao, no lo pensaba probar, pero resultó estar delicioso.  La carne a la brasa, la entienden a la perfección también.  Pero lo que más llama a la gente para ir allí, desde mi punto de vista, es que si pides café, el dueño, sabio y entendido del tema, te lee los posos al final de la cena.  Es un sitio que deja huella, sin duda!

No me llevo comisión de ningún tipo, eh?  Es solo que me encantó el lugar.

Con respecto a la receta que traigo hoy, deciros, que cuando se va acercando la Semana Santa, en mi casa los rosquillos no pueden faltar.  Y en éstas fechas, ya los van pidiendo a gritos, las indirectas y las directas de que haga unos pocos no cesan.  Yo hago la mitad de la cantidad que os pongo en la receta, y para tres personas, nos duran unos tres o cuatro días, los gastamos antes de que se pongan durillos.  Pero ahora, casi que han volado, se ve que había ganas!  Jeje.


Es una receta que se la dieron a mi madre hace bastante tiempo y que las cantidades nunca fallan, salen buenísimos, así que animaros!


Vamos con la receta!

Ingredientes:

  • 1 kg. de harina de repostería.
  • 2 sobres de levadura química (Royal).
  • 2 huevos tamaño L.
  • 1 vaso (equivale a 240ml) de aceite de oliva virgen extra.
  • 1 vaso (equivale a 240 ml) de zumo de naranja recién exprimido.
  •  18 cucharadas de azúcar blanca.
  • 1 cucharada de matalaúva (anís en grano).
  • Para freír, aceite de girasol.
  • Mezcla agua + anís, para emborrachar ( yo lo meto en un pulverizador que tengo para éstos menesteres).
  • Azúcar para rebozar los rosquillos al final.

Elaboración:

  1. Lo primero que tenemos que hacer es calentar el aceite de oliva.  Cuando esté caliente, apartar del fuego y agregar el anís en grano.  Dejar enfriar por completo.
  2.  En un bol grande, mezclamos la harina, con el azúcar y la levadura.  Hacemos un hoyito en el centro, donde agregaremos, el aceite con el anís en grano (si no queréis el anís, lo podéis colar, ya llevará el gusto del anís), los huevos y el zumo de naranja. 
  3. Removemos todo, primero con una cuchara de palo y después con las manitas limpias, hasta obtener una masa homogénea y algo elástica.  Si es necesario, echar un poco más de harina. 
  4. Dejamos reposar en lugar caldeado a que se asiente la masa resultante.  Depende de la paciencia, una o dos horitas, no esperéis que aumente el volumen, porque aumentará cuando los friáis en aceite.
  5. En una sartén hondita o donde deseéis freír los rosquillos, debéis echar bastante aceite de girasol, de manera que cuando se estén haciendo y haya agrandado, no toquen el fondo de la sartén.  Así que no me seáis rácanos, eh? jeje
  6. Mientras calentamos el aceite, a fuego medio, vamos haciendo la forma a los rosquillos, enharinamos la superficie de trabajo, cogemos una porción de masa del tamaño de una nuez, hacemos una bola, aplastamos y damos forma con un cortador específico para rosquillas, o como yo, con ayuda de un vaso de agua, para le borde de fuera, y un vaso de chupito, para el borde de dentro.
  7. Cuando esté el aceite, echamos a freír a fuego no muy fuerte.
  8. Sacamos a una fuente con papel de cocina, para quitar el exceso de aceite, los dejamos enfriar.
  9. Para azucararlos por fuera, y que se le quede pegado el azúcar, se deben emborrachar, o sea, mojarlos en mezcla de agua, con un generoso chorro de anís dulce.  Yo les doy por los dos lados tres toques con un pulverizador y no me quedan luego ni mojados, ni secos, pero eso ya lo dejo a gusto de cada uno.  Acto seguido de emborracharlos, a un tupper medio de azúcar y rebozarlos.
  10. Colocarlos en un recipiente que puedas cerrar, para que se conserven bien durante más tiempo, y entre capa y capa de rosquillos, un papel de cocina.
  11. Para comerlos, sacar a un plato.  Os aseguro que están buenísimos!!
¿Os ha gustado?  Yo creo que no es nada complicado.

Un abrazo y mil gracias por vuestras muestras de cariño!


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